La iglesia de San Francisco acogió un concierto baroco para celebrar el primer centenario de la Pía Unión de san Antonio de Padua. Los intérpretes eran Amadeo Sánchez López, como trompetista y Eusebio Fernández-Villacañas, que tocó el órgano del temple, recientemente restaurado.
Los conciertos de órgano en los templos tienen la peculiaridad de que el público se sitúa mirando hacia el altar, mientras que los intérpretes se sitúan a sus espalda, en el coro. En este caso el programa se abría con la suite en Re Mayor, de Händel, seguido por la Toccata Prima, de Frescobaldi, la sonata Prima,de Viviani y el Adagio en sol Menos de Albinoni. La segunda parte la formaron una Sonata de Viviani, la Chacona de la Suite Euterpe, de Fischer y la Música Heroica de Telemann.
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